COFRADÍA SEMANA SANTA BETANZOS

Iter Cordis

La Semana Santa ha de ser un camino del corazón (iter cordis) tanto para los que participan como para los que presencian nuestra procesiones y celebraciones. El corazón humano ha de caminar al encuentro del Corazón de Cristo traspasado en la Cruz.

Los cofrades en una procesión son tan importantes como los propios pasos.

Los pasos con las imágenes tan preciosas que tenemos en Betanzos nos remiten a una realidad mucho mayor al valor artístico: ponen ante nuestros ojos visiblemente a las personas de Jesucristo y de la Virgen María.

Los cofrades, desde su condición mortal de carne y hueso, nos remiten a esa Iglesia del Cielo, a la Jerusalén celeste que un día todos llegaremos a alcanzar.

Los cofrades, siendo todos ellos diferentes en su aspecto físico, carácter y personalidad, se presentan en las calles unificados por la hechura y los colores de sus hábitos, simbolizando así de alguna manera el deseo cristiano de tener un solo sentir y querer en Cristo.

El hecho de que todos los cofrades vistan igual tiene su raíz en el propio Evangelio. Los hábitos y las túnicas penitenciales tienen su origen en el deseo de que la penitencia y la oración que el cofrade realiza durante la procesión sean conocidos no por la gente que la contemple, sino por Dios que ve en lo escondido.

No se trata de un gesto vergonzante, de quien tapa su cara por miedo para que no le identifiquen como discípulo de Jesucristo, sino más bien de un signo que hace enmudecer nuestro ego y nos recuerda que para Dios todos somos iguales.

Porque el anonimato de la vestidura procesional iguala al rico y al pobre, al que tiene un gran puesto de trabajo en una empresa y a quien lucha por sobrevivir cada día, al que es más inteligente y al que lo es menos, al que tiene una familia «envidiable» y a aquel que está sufriendo las dificultades, incomprensiones y sinsabores de la convivencia humana. Al salir en procesión, lo único que nos identifica son los colores y la hechura de nuestro hábito, recordándonos que todos salimos desnudos del vientre de nuestra madre, que todos somos iguales y por tanto tenemos la misma dignidad a los ojos de Dios.

[Estas ideas son originales del P. Daniel Cuesta Gómez, sj, entresacadas del libro La procesión va por dentro (Bilbao 2019), donde plasma sus vivencias y su visión de una cofradía de Semana Santa.]